Aunque estos últimos años hemos visto incrementada el número de consultas por caída de pelo como consecuencia de haber pasado el COVID 19, y aún existiengo una una clara relación con pasar la enfermedad, no es la única causa.
Desde antiguo es conocida la aparición de caída importante de cabello tras una enfermedad grave o una intervención, lo que se conoce como efluvio telógeno. Esta caída viene a acrecentar problemas de pelo, muchas veces ya existente, como alopecia areata, o la más conocida como alopecia androgenética o calvicie común.
Sin embargo, ahora nos dirigimos a una época en el que los especialistas comentan un aumento de consultas por caída estacional. En gran medida el aumento de casos de pérdida de cabello en otoño es debido a una combinación de cambios ambientales. Por una parte tras una época de más descanso en general, nos incorporamos a la vorágine de trabajo, con el stress asociado que conlleva, así como una menor exposición solar con menos horas de luz, y con los cambios hormonales que se producen.